No es ningún secreto que el ser humano es derrochador, egoísta y una especie de plaga para nuestro planeta. Lo sobrepoblamos, lo contaminamos y utilizamos sus recursos a nuestro antojo. El discurso sostenible existe y quiero pensar que cada uno intenta poner su minúsculo grano de arena a la conservación del medio ambiente, pero hace falta una conciencia global, un despertar para aquellos que creen que importa más un beneficio económico temporal que la supervivencia del planeta.
¿Es lícito pensar que nosotros como individuos no podemos cambiar nada? ¿Pueden “los de arriba” llegar a pensar más en el beneficio de la vida sobre sus intereses económicos? ¿Podría la sociedad llegar a hacer tanto ruido cono para que se la escuche? No lo tengo muy claro y en ese aspecto soy más bien negativa pero al menos habrá que intentarlo, ¿No?
A continuación, he querido compartir con vosotros este decálogo de los valores sostenibles, que he encontrado en un número antiguo de National Geographic, perdido en el olvido de una biblioteca y desaparecido de los archivos de la web oficial. Lo he encontrado de lo más interesante y me he permitido revivirlo y ampliarlo un poco a mi estilo y con mis palabras.
Estos 10 puntos pueden ser interesantes tanto de cara al político como al diseñador e incluso a los consumidores de productos. Algunos, están a nuestras manos y creo que os pueden ser útiles de revisar:
- DURACIÓN
Necesitamos producir productos de calidad, con una vida útil lo más larga posible. De no ser así, si no duran, hay que producir más, derrochar más y generar más residuos: Las cosas que no duran no son sostenibles.
* La obsolescencia programada de los productos en beneficio económico de unos pocos no es fiel a este valor y compromete la salud de nuestro planeta.
- RENOVABILIDAD
Hay que priorizar el uso de los recursos y energías renovables que tenemos a nuestro alcance. Son muchas las propuestas que vienen apareciendo en los últimos años, pero se ven truncadas por falta de recursos y por el interés de las grandes compañías energéticas, a quienes no interesa perder su enorme flujo de entrada de capital. Cada día sale el Sol, ¿Por qué no aprovecharlo?
- SEPARABILIDAD
Separación en origen, recogida selectiva. Los componentes de los residuos deben ser fácilmente separables puesto que requieren un tratamiento diferenciado. Un plástico, un cartón y un vidrio pueden posteriormente reciclarse para crear nuevos productos.
- RECICLAJE
La recuperación empieza en el diseño y por lo tanto desde la misma concepción del producto debe pensarse no solamente en su usabilidad, sino en qué sucede cuando dicho producto ya no es útil a su comprador. Hay que pensar en cómo el diseño y los materiales de este producto pueden contribuir a crear un mejor “postproducto”.
- REUTILIZACIÓN
¿Cuántas personas cambian de teléfono móvil solamente porque su modelo ha quedado anticuado? ¿O un nuevo modelo de zapatillas, consola de videojuegos, cámara fotográfica, etc.? Los productos se han creado para ser utilizados y hay que hacerlo aprovechando al máximo su vida útil antes de deshacernos de ellos. Agotar la vida útil de los productos es algo previo a su reciclaje.
- AHORRO
No solamente existe el ahorro económico: también de puede ahorrar espacio, tiempo y recursos y de este modo, alargar la vida de los productos y recursos escasos. Un ejemplo diario lo encontramos en el agua que gastamos diariamente. Al lavarnos los dientes sin ir más lejos: Si lo hacemos sin economizar el agua y la dejamos correr con el grifo abierto, estamos malgastando litros y litros casi sin darnos cuenta. Exactamente el mismo beneficio sacamos de llenar un vaso de agua por la mitad y utilizarlo al enjuagarnos. Hemos ahorrado una gran cantidad de agua en este proceso.
- INOCUIDAD
A veces adquirimos productos que son más económicos en comparación a los de otras tiendas o marcas. Es importante pensar en nuestra economía, pero también lo es pensar en nuestra salud y las repercusiones al medio ambiente. El plástico blando en recipientes de almacenaje y alimentación, el conglomerado de los muebles, el aceite de palma en los alimentos, y un largo etcétera pueden resultar tóxicos para el ser humano y/o el medio ambiente. Necesitamos un mercado que produzca únicamente productos de calidad y libres de toxicidad.
- SUFICIENCIA
Menos es más. Tener muchas cosas no nos hará más felices ni mejores que los demás. El más rico y el más pobre son iguales tras el último aliento. Estas son necesidades absurdas que nos ha creado la publicidad y la televisión: La imagen del distinguido hombre de negocios en un descapotable rojo, divas que ríen embutidas en trajes elegantes, collares de perlas y perfumes caros. El ganador de la lotería que es feliz porque lo tiene todo. Mis días más felices los he pasado en plena naturaleza, a días de cualquier comodidad y con todo lo necesario en una mochila a mi espalda. La suficiencia evita el derroche y el consumo innecesario.
- GRATIFICACIÓN
Disfrutar de las cosas sencillas. El placer reside en la sencillez. El consumismo nos devora pero si nos percatamos, podemos disfrutar más de un paseo por la costa que de una tarde de derroche desmesurado. La naturaleza nos brinda mil espectáculos que nos esperan entre las flores de los prados, en una brisa de verano, entre el cantar de las aves vespertinas o bajo el movimiento aparente de las estrellas.
- COMPARTICIÓN
Imaginemos un grupo de personas que van de excursión a la montaña. Tienen 5 horas de coche y son 10 personas. ¿No sería fantástico si pudieran ir en dos coches en vez de 5? Ahorrarían dinero, contaminarían menos, pasarían un rato más agradable durante el largo trayecto y una vez en el lugar, dejarían libre más espacio para otras personas que quisieran estacionar. Compartir es gratificante y mejora la eficiencia, produciendo menos residuos y ahorrando tiempo y dinero.
- EQUIDAD
Hacer uso del comercio justo, basado en unas condiciones laborales y salarios adecuados, el respeto por el medio ambiente, la no explotación infantil y la igualdad entre géneros y a la vez practicar un consumo responsable, mejorando así las condiciones de vida de los seres humanos, los animales y el medio ambiente, apostando por productos que contribuyan a la conservación del medio ambiente y la igualdad social.
- EFICIENCIA
La eficiencia implica una relación positiva entre el uso de los recursos de un proyecto o idea y los resultados logrados. De cara al diseñador, crear productos que, a un coste bajo, generen un beneficio elevado para el comprador. De cara a nuestro día a día por otro lado, podríamos hablar de lograr un objetivo que nos hemos planteado utilizando los medios disponibles en el menor tiempo y coste posible, optimizando los recursos al máximo.
** Este post es una adaptación del “decálogo de valores sostenibles”, que aparece como parte del reportaje “Habitar el mundo”, de Eva van den Berg. National Geographic, octubre de 2004