Empezamos con la primera entrada del año (después de la bienvenida inicial al blog) con la primera salida del 2015, la cual tuve el placer de compartir con Esther Bahí.
Empiezo este año con el propósito de hacer más y mejores imágenes, además de centrarme mucho en mis proyectos personales y compartir con vosotros mis aventuras fotográficas. Hoy os traigo una de las primeras imágenes del año, donde una pequeña hoja de roble se muestra como protagonista de un escenario donde el inexorable paso del tiempo abre el camino a un gélido invierno tras la caída de la ultima hoja.
La sesión fue muy entretenida, pues consistió en un par de días de concentración y hallazgos en las diferentes formas que el agua, al helarse, esculpía sobre el río. Y es que el hielo es muy caprichoso, tomando desde formas geométricas a orgánicas, desde abstractas a figurativas, pero siempre sorprendentes.