Hace unos días realizábamos la segunda edición de este extenuante Phototrekking: 4 días de paisajes, estrellas, salidas y puestas de sol, flora pirenaica, lagos de montaña, caminatas, fauna salvaje, subidas, bajadas… un sinfín de aventuras que hacen del Phototrekking de verano una experiencia inolvidable.
Nos reunimos el jueves por la tarde en nuestro alojamiento en el Pirineo aragonés, donde revisamos el material y comentábamos el plan de ruta. El cielo, amenazaba con las últimas gotas como un previo a unos días de cielos despejados. Por la noche, una niebla intensa reinaba en el collado, pero el viernes amaneció con un cielo completamente azul, que auguraba unas buenas sesiones nocturnas.
El primer día nos deparaba una intensa subida, con la ayuda de la sombra proyectada por los árboles; primero del hayedo, luego del pinar.
Cuando dejamos atrás el bosque, las praderas alpinas nos daban la bienvenida con manadas de vacas, caballos y unas vistas excepcionales del imponente pico Midi d’Ossau, que nos seguía con la mirada durante nuestro ascenso.
Con la altura, llegamos a los primeros lagos e incluso resiguiendo el río pudimos ver alguna cascada. Pero el punto álgido fue la llegada al imponente lago Gentau, presidido por el refugio que nos daría cobijo durante las próximas dos noches.
El entorno es espectacular, y por ello también vemos como algunos senderistas han llegado hasta el lugar con la intención de acampar frente a estas maravillosas vistas.
Después de refrescarnos y acomodarnos en nuestra habitación, nos disponemos a revisar el entorno inmediato y decidir donde realizaremos las fotografías de la puesta de Sol y las nocturnas, que acabamos realizando tras una copiosa comida, bajo un cielo completamente despejado y presidido por la imponente Vía Láctea. Sus miles de millones de estrellas se reflejan en el espejo del lago mientras los obturadores hacen su trabajo.
El segundo día aprovechamos para explorar la zona: visitamos todos los lagos en un radio de 2-3km y fotografiamos tanto el paisaje, como la flora e incluso la pequeña fauna que encontramos. Concretamente, nos llamó la atención como las libélulas salían de su ninfa y secaban sus alas al sol antes de volar por primera vez. De regreso y después de un buen pícnic, seguimos entre lagos y montañas, incluso hubo quienes decidieron refrescarse con un buen baño en las frescas aguas del Gentau.
Finalmente disfrutamos de una nueva puesta de sol, que teñía el Midi de rojo fuego dejándonos boquiabiertos frente a la belleza del espectáculo. De noche, nuevamente las estrellas brillaban sobre los lagos de montaña. Desgraciadamente, esta segunda noche fue algo más nublada y dificultó las fotografías de la Vía Láctea. Aun así, la excursión nocturna fue muy entretenida, pues además de las fotografías, disfrutamos de los encuentros con la fauna nocturna: un buen puñado de ranas y sapos, alguna salamandra y la joya de la noche: una marta.
El último día puso a prueba nuestras rodillas con una potente bajada rocosa que nos llevó al punto de partida a través de nuevos paisajes por descubrir. Nuevos lagos daban descanso a nuestros cansados pies, mientras los lirios de montaña rellenaban los primeros planos de nuestras composiciones. Mientras llegábamos a la explanada final, los milanos sobrevolaban el cielo y las marmotas tomaban el sol sobre las rocas.
Una crêpe y un refresco fue nuestra manera de celebrar el éxito de nuestra aventura. Han sido unos días muy intensos con un grupo maravilloso, con mitad de caras nuevas y mitad de caras conocidas. Muchas gracias por venir Xavier, Stefano, Marta, Merche, Albert, Rafel, Pilar, Txema, Miguel Ángel, Isabel, Quim, Jesús y Jaume. ¡Espero que pronto volvamos a vernos!
Y para los que os habéis perdido esta experiencia, os invito a reservar plaza en la que más os guste aquí: http://martabreto.com/phototrekking o aquí https://indomitus.eu/formacion/
Más fotos de esta actividad:
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