Vega y Altair, los amantes del cielo

Hoy es un día especial en el firmamento. Y es que hoy es el día en que, según la leyenda oriental, las estrellas Vega y Altair, se reencuentran para compartir su amor después de un año de estar separados.

La versión japonesa cuenta que Orihime (Vega), que era la hija del dios del cielo, pasaba los días tejiendo ropajes para su padre, hasta que un día, conoció a un pastor de bueyes (Hikoboshi) de quien se enamoró perdidamente.

No tardaron en hacer vida conjunta y a unirse en matrimonio, pero poco a poco empezaron a descuidar sus trabajos. Por un lado, Orihime dejó de tejer y por otra, los bueyes de Hikoboshi se desperdigaron por el cielo, abandonados a su suerte. Llegó un punto en el que el dios del cielo decidió castigarlos, convirtiéndolos en dos estrellas separadas por el río celestial, también llamado Amanogawa (Vía Láctea).

 

En la fotografía se ven claramente Vega (Orihime) i Altair (Hikoboshi) separadas por la Vía Láctea

No obstante, el dios quiso ser benévolo, y permitió a los amantes la posibilidad de reencontrarse de nuevo una vez al año, el séptimo día del séptimo mes, con la ayuda de una bandada de pájaros que se depositarían sobre el río formando un puente. Para que esto pueda pasar, es necesario que haga buen tiempo y no llueva. Por otra parte, la crecida del río y el mal tiempo imposibilitarían el trabajo a los pájaros y los amantes deberían esperar un año más para reencontrarse.

Es por este motivo hoy en Japón se celebra el festival de Tanabata. Durante la festividad, es costumbre colgar ramas de bambú en las casas y en las calles, de las que cuelgan tiras de papel de diferentes colores, en los que se escriben poemas dedicados a Orihime y Hikoboshi. En esta época del año, los niños cantan «Tenko ni nario» (despeja cielo, despeja), para favorecer el reencuentro de los amantes. Se dice que si es así, Vega y Altair brillan con 5 colores diferentes (los colores de los papeles que se utilizan para escribir los poemas y que posteriormente se tiran al río o se queman en hogueras.

 

Festival de Tanabata a Edo (Hiroshige, 1852)

También existe una canción popular para esta festividad:

Las hojas de bambú susurran,
meciéndose en el alero del tejado.
Las estrellas brillan
en los granos de arena dorados y plateados.
La tiras de papel de cinco colores
ya las he escrito.
Las estrellas brillan,
nos miran desde el cielo.

 

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Bibliografía recomendada:

«Mitos y leyendas de Japón», de F. Hadland Landis

«El romance de la Vía Láctea», de Lafcadio Hearn

Nota: Orihime y Hikoboshi denominan de diversas maneras en las diferentes versiones de la historia.

8 comentarios en “Vega y Altair, los amantes del cielo”

  1. Una imagen exquisita y muy nítida. Y la historia que la acompaña es preciosa. Ha sido una delicia de entrada.
    Realmente en los últimos tiempos en la fotografía nocturna estoy interesado más en estas historias y en el conocimiento del Universo del que formamos parte, bueno de lo poquísimo que sabemos de él y encima solo de nuestros cuerpos celestes «vecinos». Me niego a considerar las estrellas como meros puntos y mucho menos como meros elementos «decorativos o estéticos» en nuestras fotografías nocturnas.

    Un saludo 😉

    PD: Te enlazo a mi blog y así no te pierdo de vista 😉

    1. Gracias por tu comentario Daniel.
      La verdad es que siempre me ha fascinado la mitología, pero especialmente desde que empecé a aficionar a la fotografía nocturna.
      También creo que es interesante conocer aquello que retratamos con nuestras cámaras, ya sea un paisaje, un acontecimiento o una especie animal. Personalmente ya no se cuantos libros de astronomía y divulgación científica general he llegado a leer, pero lo encuentro realmente enriquecedor para comprender y aprender más sobre lo que fotografío y no puedo parar de hacerlo.
      Un saludo! 🙂

  2. Miguel A. Gallardo

    Interesante entrada! Opino lo mismo, creo que es interesante como a lo largo de los siglos las civilizaciones antiguas han buscado una explicación para lo que no entendían. A veces, cuando miro las estrellas y me maravillo, pienso que debían ser espectaculares en otros tiempos sin contaminación lumínica, automáticamente, llego a la conclusión de que un hombre de la épcoca debía estar impactado por éste fenómeno, lo cual no me hace extrañar la aparición de mitos y creencias mágicas. Otras veces pienso que no vemos las tan bien como las veían ellos y que jamás lo lograremos…

    Bonito artículo!

  3. Pingback: Identificando el cielo @ Nature Shots

    1. Buenas,
      Evidentemente hubo un error tipográfico en mi blog que ya corregí. Primero puse «no os perdais» y luego lo cambié por «os recomiendo» con tan mala fortuna que no me di cuenta que no borré ese «no».
      Por supuesto que SI recomiendo esta entrada.
      Mis disculpas.

    1. Hola Dhanen y gracias por pasarte por el blog 🙂
      Pues si, en las tiras de papel se suelen escribir deseos, muchas veces en forma de poema (aunque no siempre)
      ¡Un saludo!

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