Bueno, en realidad hace ya un rato que llegó, pero es ahora cuando realmente se siente. El frío avanza lenta y eficazmente, mientras los verdes se tornan ocres en el bosque. Una hoja tiembla tímidamente y se desprende de su rama. Danza con sinuosos movimientos a derecha e izquierda a través del aire y se detiene al llegar al suelo. Allí formará parte nuevamente del paisaje y lo observará desde otro punto de vista.
Camino maravillada por tanto colorido, las hojas secas crujen bajo mis pisadas y entre foto y foto, encuentro alguna castaña. El hayedo tricolor, cambiando por zonas de verde a amarillo y naranja fuego. Desde la lejanía observo los matices, veo como empieza a bajar la niebla, y entonces todo se vuelve magia.