Los principios nunca fueron fáciles, y menos si no sabemos ni por dónde empezar. Este listado pretende iluminar un poco el camino de aquellos que o bien os estáis iniciando en esta disciplina o bien os empiece a sentir curiosidad, pero incluso podemos encontrar algún consejo que ayude a fotógrafos algo más experimentados. Espero que lo encontréis interesante:
- Respeta la naturaleza
Has tomado la decisión de dedicar tu fotografía (ya sea como afición o como profesionalización) a la naturaleza y, por tanto, se entiende que es por que es un tema que te preocupa y te llama la atención. Como fotógrafos, necesitamos actuar con ética a la hora de movernos por la naturaleza, de manera que no podamos perjudicar el medio, la flora o la fauna.
- Acostúmbrate a un nuevo horario
Se acabó el ir de picnic con la familia los días soleados y aprovechar para hacer unas cuantas fotografías. A menudo, las mejores horas para retratar la naturaleza serán aquellas en las que los demás puede que ni siquiera se hayan levantado todavía de la cama. Sólo hace falta que lo compruebes por ti mismo; las luces crepusculares, las puestas y salidas de sol e incluso la noche, darán un resultado mucho más impactante y capaz de emocionar al espectador que un cielo azul con un sol radiante de mediodía. No solamente los colores cambiarán, sino que vestiremos de textura y relieve la composición gracias a la dirección de la luz.
- Mantente siempre atento a la meteorología
El fotógrafo de naturaleza en seguida encontrará un atractivo especial a los fenómenos meteorológicos. Cuando haya sobrepasado la barrera del miedo a aspectos tales como el frío o mojarse, pasará a buscar la niebla, la lluvia, la nieve e incluso la tormenta, que dotarán a la imagen resultante de una atmósfera determinada, capaz de transmitir sensaciones diversas.
- Entrena tu cuerpo y tu mente
No se cumple en todos los casos, pero en muchas ocasiones necesitarás caminar para acceder a la localización idónea (y quien dice caminar dice trepar, escalar, etc.) además de tener que cargar con todo el equipo a la espalda durante largos ratos. Nosotros nos ponemos los límites, pero lo que sí es seguro es que un buen estado de forma física nos ayudará a hacer nuestro día a día más llevadero.
Pero no todo será el físico. La mente tiene un peso muy alto que soportar durante la actividad en la naturaleza, pues nos tendremos que preparar psicológicamente para el fracaso y la frustración, causado a veces por un animal que no aparece cuando llevamos todo el día esperándolo, por una luz que esperamos desde las cuatro de la mañana pero que no aparece, o para hacer un viaje costoso para ver un fenómeno que sencillamente no llegamos a ver. Debemos aprender que no podemos controlar la naturaleza, sólo prever situaciones y adaptarnos a ellas.
- No subestimes la preproducción
Una buena preproducción lo es todo. De nada vale ir a fotografiar la retama en febrero y en el Pirineo si antes no nos hemos documentado para ver que es una planta más bien cercana a la costa Mediterránea y de floración en primavera-verano. Antes de iniciar una sesión, un reportaje o un proyecto personal, tendremos que hacer un esfuerzo y estudiar las características de aquello que queremos fotografiar, donde lo podemos encontrar, cual es el clima de la zona, cual será la mejor época del año o qué material o permisos necesitaremos.
- No necesitas el mejor equipo, sino la mejor mirada
Si estás empezando, no te asustes ante el gran número de marcas y modelos de cámaras, objetivos y accesorios diversos, ni tampoco por el elevadísimo precio de algunos de estos. De nada nos sirve el equipamiento más caro si no lo sabemos utilizar, pero además de la técnica, hay que entrenar la mirada, que será el que realmente diferenciará nuestras fotografías de las de los demás.
- Pienso, entonces disparo
Un error muy común en los recién iniciados es querer fotografiar a diestro y siniestro todo lo que se les pone delante del objetivo, casi sin pensar ya veces en ráfagas de incontables disparos, como si de una metralleta se tratase. Mi consejo es que, cuando se encuentre una buena localización, animal o planta, lo primero que hay que hacer es estudiar un rato (si se tiene la ocasión) las posibilidades, vueltas, buscar posibles composiciones y puntos de vista, tener en cuenta la luz en los diferentes planos de la imagen, pensar en cuál es la lente más adecuada para la fotografía y tener en cuenta todos los elementos de la escena antes de disparar.
- Cuida de tu equipo, es tu herramienta de trabajo
Es interesante invertir en una mochila ergonómica tipo trekking, impermeable y acolchada, donde en el interior podamos guardar los diferentes componentes de nuestro equipamiento en diferentes separadores.
Hay que tener especial cuidado a la hora de cambiar el objetivo, pues durante un momento, el cuerpo de la cámara quedará abierto y hay peligro de que el polvo entre y se deposite sobre el sensor. Inevitablemente, con el tiempo tendremos que hacer una limpieza del mismo (ya sea nosotros mismos o llevándolo a una tienda especializada) pero siempre ayuda hacer estos cambios en lugares cerrados o utilizando nuestro cuerpo como protección del viento.
Otro problema típico puede ser la arena que, sobre todo en zonas de playa o desiertos, se nos puede colar entre las junturas del trípode o picar contra la lente. En el segundo caso, se aconseja emplear un filtro protector si sabemos que vamos a fotografiar en una localización de estas características.
- La mejor localización no suele estar a pie de carretera
O quizás si … pero entonces podremos estar seguros de que no habrá casi nada que diferencie nuestra fotografía de la de millones de turistas que pararon y pararán en el mismo sitio. En estos casos lo que tendremos que hacer es esforzarnos en encontrar una nueva perspectiva, un nuevo punto de vista que rompa con la visión de los demás.
Por lo general, la mejor opción será caminar y adentrarse en la zona, recorrer y descubrir. A veces consistirá en bajar un río de arriba abajo, en otras ascender una montaña o caminar por un valle.
- Si vas solo, deja dicho a donde vas
Como puedes ver, todas estas pautas de actuación dificultan que cualquier persona se complazca de acompañarte! A no ser que se trate de un segundo fotógrafo de naturaleza! Y es por eso que muchas veces tendrás que ir solo. También hay quien prefiere trabajar de esta manera, como un elemento más de la naturaleza: solo, en silencio y disfrutando del viento y el cantar de los pájaros. Sin embargo, siempre hay que decir a alguien donde y cuando piensas ir y volver. No importa si se trata de un amigo, un familiar, un refugio de montaña o el personal de un hotel. De esta manera, si te pasara algo, en seguida te echarían de menos y se iniciarían las gestiones necesarias para una búsqueda y / o rescate.
Bona entra!!
Una abraçada.