Conocidos popularmente bajo el nombre de estrellas fugaces, los meteoros son partículas residuales, generalmente de cometas, que giran en torno al Sol, algunas del tamaño de un grano de arena que, al entrar en la atmósfera, arden y se desintegran. Este momento de combustión da lugar a nuestra ya conocida «estrella fugaz».
Como uno se puede imaginar, un fenómeno de esta característica, es muy difícil prever con precisión y como consecuencia, no será fácil de fotografiar. Este diciembre sin embargo, tenemos la oportunidad de disfrutar de una de las lluvias de estrellas más importantes del año, las Gemínidas, que nos permitirán disfrutar de este espectáculo de forma garantizada.
A mí me gusta comparar la fotografía de meteoros con la captura de relámpagos durante una tormenta. Por un lado, no podemos pulsar el disparador cuando vemos el rayo, pues sise ha visto es que no ha salido en la foto y por lo tanto, te ha de coger disparando. Por otra parte, si sabemos cuando hay una tormenta aumentamos nuestras posibilidades de éxito, pues nos podemos preparar a tiempo para la sesión, encontrar la localización idónea y preparar tos los materiales y parámetros necesarios. Sólo tenemos que esperar que el resto lo ponga la naturaleza.
¡Y eso es lo bueno de las lluvias de estrellas! Ya no se trata de un meteoro espontáneo, sino que sabemos que serán muchos, sabemos la fecha en la que se dejarán ver y sabemos de dónde vienen por su constelación radiante (que marca la zona aproximada de donde parecen aparecer los meteoros).
Durante el año se suceden varias lluvias de estrellas, las cuales reciben el nombre de su constelación radiante (quizás la más conocida es la de las Perseidas, también conocidas como «Lágrimas de San Lorenzo», y que ocurren entre el 11 y 13 de agosto). Algunas de estas lluvias se ven mejor desde un hemisferio concreto. También varían en el número de meteoros por hora, el tiempo que toman en arder y su intensidad. La que nos ocupa este diciembre, las Gemínidas, es de las más destacadas del año, trayendo consigo hasta 120 meteoros por hora y que además este año coincide con que la poca fase y la trayectoria de la Luna nos facilitará su observación. En este caso, los meteoros que se observarán consisten en pequeños residuos que deja el asteroide 3200 Phaethon en su órbita.
Para los aventureros que salgan a pasar frío con la intención de recoger este momento tan especial con su cámara, anoto cuatro consejos y errores comunes que deben evitarse:
Consejos:
- Aléjate de las poblaciones y las ciudades. La contaminación lumínica no nos ayudará a tener una buena visibilidad. Menos contaminación es equivalente a más estrellas!
- Utiliza un objetivo angular, para cubrir el mayor campo de visión posible.
No hay que apuntar hacia la radiante para pillarlos, encuadre a su discreción (los meteoros pasarán cruzando el cielo) - Trabaja con el diafragma más abierto posible
- La lluvia dura varios días (del 4-16 de diciembre), pero el pico de actividad lo encontramos la noche del 13 al 14, será el mejor momento para fotografiarla
Errores comunes:
- Utilizar un diafragma demasiado cerrado
- Apuntar únicamente hacia la constelación radiante y no prestar atención a la composición (esto puede dar un resultado curioso, pero como se ha comentado todo el cielo es recorrido de los meteoros)
- Esperar a ver un meteoro para disparar
- Confundir 30 segundos con 30 minutos … y obtener como resultado una imagen totalmente quemada, a la vez que haber perdido un tiempo precioso (pasa incluso en las mejores familias)
Bueno, espero haberos animado. Ahora sólo hay que cruzar los dedos para que la meteorología se ponga de nuestra parte para tener éxito en nuestra cacería estelar! Mucha suerte!
Además, si te apasiona la astronomía y la fotografía y quieres aprender más sobre estos temas, sigue el siguiente enlace, donde encontrarás información de mis talleres. Nuevas fechas serán anunciadas en las próximas semanas.