Estos días de tanto sol y calor, no hay nada mejor que hacer pequeñas excursiones por los arroyos. Bajo las sombras de sus árboles siempre pasa una leve brisa y cuando el calor se vuelve sofocante, siempre puedes remojarse un poco cerca de algún salto de agua.
Y es que estos últimos días las temperaturas son abrasadoras. Parece que hace tanto calor que hasta las nubes se han asustado y han huido a tierras lejanas y esto no ayuda a la hora de tomar fotografías dentro del bosque, pues el contraste de luminosidad es muy acusado. Sin embargo me gusta mucho este tipo de iluminación para concentrarme en detalles como los claroscuros en la vegetación, la luz solar filtrada a través de la translucidez de las hojas, o incluso los reflejos de los árboles sobre las aguas más calmadas. La cuestión siempre es intentar sacar partido en cualquier situación. ¡La naturaleza siempre tiene algún detalle esperando ser descubierto!