Texturas en la playa

Esta semana os traigo una entrada más veraniega. Y eso no es fácil, pues los que me conocen saben que transito muy pocos estos lares, puesto que lo mío es más bien la montaña. Quizás es por este motivo que, durante mi visita a la isla de Cramond, en Escocia, no podía dejar de captar cada detalle que encontraba en sus playas.

 

 

Para los que no conozcáis la isla de Cramond, se trata de un pedazo de tierra de unos 500 metros de longitud, situada en la costa del Fiordo de Forth, en la costa este de Escocia y en concreto en las proximidades de Edimburgo, al que se puede acceder a pie durante unas pocas horas al día, mientras la marea esta baja, pues al volver a subir, uno puede quedarse atrapado en ella. De hecho un simpático cartel avisa del gran número de personas que debe ser rescatada al año por no prestar atención a este sencillo dato.

 

 

Lo más curioso para mí, fueron las sorpresas que destapaba la marea baja. Caprichosas formas y texturas de cáscaras vacías de cangrejo, algas de distintas formas, caracolas, lapas, medusas varadas y texturas en la arena. También me impactó mucho como la huella del hombre llegaba a lugares tan insospechados; latas de cerveza y plásticos varios asomaban por doquier. No penséis que la gente los tiraba allí sin más, seguramente los traería la corriente, pero realmente era muy desagradable y en algún momento escribiré una entrada al respeto. De momento os dejo solamente con la parte agradable, la que me llevé conmigo de recuerdo.

 

 

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