¿Que hacen 9 locos por la fotografía perdidos en medio de una ventisca y disparando a discreción creativas composiciones sobre el paisaje nevado? La respuesta, lo habéis adivinado, un Phototrekking.
Los pasados 4, 5 y 6 de marzo se realizó el primer Phototrekking del año: la edición de invierno, que en esta ocasión transcurrió en el Valle de Aran. Ocho fueron los valientes que me acompañaron a través de la incesante nieve para retratar las maravillas blancas del invierno. Paisajes monocromos y solitarios que nos llevaron hacia el corazón del valle, perdidos en medio de la naturaleza, alejados de todo.
Algunas caras ya conocidas (que ya son como de la familia) y algunos rostros nuevos que se sumaron al club. Tras nuestra llegada a Salardú empezaron a caer los primeros copos… ¡Y que copos! Todo indicaba que el invierno que no había existido este año, nos acababa de atrapar en su abrazo.
Amanecimos en un mundo nuevo, el paisaje había transmutado y solo existía el blanco. Nos calzamos las raquetas de nieve y nos pusimos en marcha. Quedaba un largo y blanco camino por delante. Durante nuestro recorrido pudimos ver como la nieve afecta al paisaje; no solamente en cuanto a luz y color, sino en las emociones que podemos transmitir con nuestras imágenes. También vimos algunos rastros de animales, e incluso a lo lejos, un pequeño grupo de ciervos.
Pero no todo fue frío, nieve y soledad. También fuimos testigos de la animada vida invernal del Valle de Aran: trineos de perros, senderistas con raquetas de nieve, esquiadores de montaña, caballos e incluso fuimos testigos de un rescate de montaña con helicóptero en una vertiente cercana. Vamos, que no hubo tiempo para el aburrimiento.
La segunda noche no dejó de nevar, cosa que imposibilitó la fotografía de estrellas. Aún así, los menos frioleros salimos a experimentar con la nieve, las largas exposiciones y las linternas. Después, entramos en calor en el refugio con una buena cena. Parecíamos tal cual, un grupo de quinceañeros emocionados por salir de casa y ver la nieve por primera vez, disfrutando como cuando de pequeños nos íbamos de colonias con el casal de verano. Y esa es la filosofía del Phototrekking; pasarlo bien, descubrir nuevas localizaciones y reír mucho con otros locos de la fotografía. Una experiencia que da sentido a mi trabajo y afición y que espero que hayáis disfrutado mucho los participantes de esta edición.
¡NOS VEMOS EN EL PHOTOTREKKING DE PRIMAVERA!
(haz click para ver el programa)
Un magnífico fin de semana, divertido, instructivo, cordial. Si alguien quiere disfrutar de esta experiencia que no se lo piense dos veces.